Y así de repente, hoy ha ocurrido una de esas cosas que recuerdas el resto de tu vida. Una amiga y yo hemos estado en la pasarela Cibeles gracias a la modelo Carla Crombie, una de las pocas españolas que desfilaba.
Hemos estado el el backstage con ella, tomando un café y una coca-cola. Además de ser altísima, con una piel trasparente y no llevar ni gota de maquillaje, es una modelo con todas las letras y se ha portado genial con nosotras.
Después de las conversaciones y todo lo que hemos visto allí, saco algunas conclusiones. En primer lugar, que la ropa de las pasarelas están hechas para eso, para las pasarelas. No para las tiendas. Es algo artístico y muy engrandecido por la iluminación, la música y los modelos, que son auténticas esculturas. La piel blanca se paga más, o lo que es lo mismo, en los mejores desfiles sigue de moda la piel natural sin necesidad de estar bronceada. Vamos, que mejor comerse una hamburguesa que tomar el sol sin protección.
Un 20% de modelos menos y los recortes de este año han hecho que Mercedes Benz se apodere de todo. Una pena para la ciudad perder ese nombre, la verdad. No me parece la mejor marca para patrocinar este evento tan importante y, que no vea la palabra Cibeles - nombre de Diosa, por cierto- pero sí sus coches por ahí dentro, hace me deje de gustar la marca.
Al margen del último detalle, la guinda del pastel ha ocurrido al descubrir los vestidos y camisetas de la marca: La Diferencia Silenciosa. En definitiva, hoy ha sido una experiencia fantástica que espero que se vuelva a repetir algún día.
Al margen del último detalle, la guinda del pastel ha ocurrido al descubrir los vestidos y camisetas de la marca: La Diferencia Silenciosa. En definitiva, hoy ha sido una experiencia fantástica que espero que se vuelva a repetir algún día.
